jueves, 26 de julio de 2012

Aquellos amores que nunca debieron ocurrir

Cada vez que te veo o escucho algo sobre ti pienso, pienso en lo que tuvimos y nunca teníamos que haberlo tenido.
Cada duda que desprendía yo, y cada inseguridad que te despertaba a ti. Cada pregunta que tú me hacías eran como puñaladas en el corazón, no hacía más que pedirte espacio para pensar y tú seguías pensando que lo que quería era que estuvieras a mi lado.
Eso lo estropeò, admito mi culpa, pero tú también la tuviste.
La situacón es tan triste que cada vez que me acuerdo de esos tiempos no saco nada bueno, solo saco arrepentimiento, y sé que eso no es bueno. Pero espero que con el paso disminuya ese sentimiento.
A causa de eso estuve pensando que el amor no existía, que simplemente eran exageraciones de libros de adolescentes que tanto leía y tanto ansiaba sentir. Pensaba que en el amor se sentía lo mismo  que sentí por ti, y por mucho que lo sienta, ese pensamiento me repugnaba.
Al paso del tiempo vi que tenía tiempo de sobra para descubrirlo, y es lo que falló contigo, me gustabas, o simplemente me atraías, pero me enamoré del amor, y quería vivir un amor de película, de adolescentes.

Pero ese no eras tú, y hubo falsas ilusiones.
Al fin y al cabo solo era una joven que necesitaba saber lo que era ese sentimiento, y se equivocó en escoger a la persona ideal.

Siempre he dicho que nunca hay que arrepentirse de nada, pero es más facil decirlo que hacerlo.
Un consejo, tomaos las cosas con calma, nunca hay que ir demasiado deprisa.
Yo lo he aprendido a causa de este error.


miércoles, 25 de julio de 2012

Fight for live

¿Alguien sabe lo que es desear algo con todas tus fuerzas que hasta duele?
Eso es lo que me pasa a mí. Llevo tantos años deseando algo que hay veces que me derrumbo. Simplemente estar prácticamente cada segundo de todos los días del año pensando en eso te hace pensar.
Y es que ese sueño que tengo desde hace dos o tres años es la de ser escritora, de que haya una editorial que quiera publicar mis libros y haya lectores que quieran leerlo. Sé que hay muchas personas que desean lo mismo y hay a algunos que tienen la suerte de que se les haga realidad.
Pero yo de tanto pensar y de hablar tanto sobre ello me he hartado de tantos comentarios como: "Baja de las nubes, no es un camino de rosas" o "Tienes que buscar algo más aparte de eso, porque con eso no te ganarás la vida."
Eso ya lo sé, pero a veces sí que vienen bien algunas palabras de cariño y de apoyo. También sé que probablemente no lo conseguiré y me pasaré el resto de mis días intentandolo, pero es lo que quiero, y por lo menos tengo algo que está muy claro.
Que sin antes luchar nadie consigue nada.
Derramar lágrimas no será un inconveniente, porque yo tengo una meta que quiero lograr para ser feliz, y lucharé para conseguilo.
Pase lo que pase, cueste lo que cueste, ahí estaré yo para luchar.


domingo, 22 de julio de 2012

Lo que hace la noche

Sé que no hay ningún o casi ningún lector o lectora que lea mis posts, pero me da igual, a veces a algunos se les da mejor describir sus sentimientos escribiendo que hacerlo hablando. Una de esas soy yo, que cuando me pongo a hablar ni siquiera sé lo que digo y mientras escribo esas emociones son las que se acercan a lo que de verdad siento. Hoy es un día de esos en los que son la una de la mañana y como no puedo dormir me ha entrado la nostalgia. "¿Nostalgia de qué si ni llegas a los dieciocho años?" Se preguntarían algunos. Pues bien, cuando llega la noche es cuando mi cerebro comienza a pensar, y es que nos estamos haciendo mayores. Esa inocencia de los diez años ya no está, estás en esa época en la que tienes que centrarte en el futuro y en lo que debes hacer. Aunque me encanta la idea de poder ser libre en el sentido de poder ir a una ciudad desconocida yo sola, también da miedo el tiempo, porque el tiempo pasa y algunos de tus seres queridos se quedan en tu vida y otros se van. Es como un sentimiento bipolar, quiero que la cosa se quede como está, pero al mismo tiempo quiero crecer como persona, ser independiente de los demás, poder vivir una historia de película y ser feliz. Pero sé que eso nunca pasará, tengo demasiados sueños que quiero que se cumplan, y la mitad son imposibles. Son sueños que desde pequeña he creado en mi interior y desde entonces no se me han olvidado. Pero la verdad es que quiero vivir esos sueños con mis colores; el verde, el azul, el amarillo, el rosa, el marrón, el morado, el naranja... Y es que cada vez que ves un color siempre te recuerda a esa persona especial que en algún momento del día te ha hecho sonreír. Cuando los colores se separan son bonitos, pero cuando los juntas para hacer un arcoiris queda mucho. Y siempre que veo algún color en mi vida me recuerdan a esas personas.
Siento ganas de contaros secreto, y lo haré: yo sin mis colores no soy nada.